sábado, mayo 11, 2013

Presentación de libro el Aria de giacomo







Fotografía por: Sayra Cruz Carreón
 
Publicado en Sala de Prensa

Por: Lizbeth Lanche


El escritor Mario Martell presentó su libro Aria de Giacomo, como parte de la Feria Cultural “Construyendo tu realidad”, organizada por los alumnos de la Facultad de Comunicación de la BUAP. Por su parte, el también periodista mencionó que escribe literatura porque tiene que ver mucho más con la realidad y la comunicación, que los mismos medios de información.
Por otro lado, Martell también menciono que todos pueden formar una realidad al escribir, ya sea contando historias de los lugares que han visitado o son parte de su vida, y así, al plasmarla en un escrito, aquella persona que la lea pueda vivir y sentir esa misma sensación, emoción, sentimiento o experiencia.
En ese sentido, dijo que la escritura de crónicas es sumamente interesante ya que con ella se construye un mecanismo interpretativo, que a su vez, además de ser enriquecedor, necesitan las élites de la sociedad porque muestran otra perspectiva de la normal, que muchas veces no llegan a conocer a fondo.
Finalmente, cabe mencionar que la presentación terminó con una serie de preguntas y respuestas del público presente en el Complejo Cultural Universitario de la BUAP, Martell hizo una atenta invitación a leer y escribir más para formar un estilo propio en los futuros profesionistas que alberga la Facultad de Comunicación de la máxima casa de estudios del Estado de Puebla.


sábado, mayo 04, 2013

El Aria de Giacomo Lugar de Encuentro por Judith Castañeda






Comparto esta entrada de la página de Profética sobre la presentación del aria de Giacomo, escrito por la narradora Judith Castañeda.


No se trata sólo de páginas a veces más blancas, a veces tendientes al color arena, cargadas de tinta, de ideas confusas, lineales o sencillas. Un libro es más que el objeto físico. Y por extensión, la escritura se vuelve un cuarto al que llegan autor y lectores, un sitio de diálogo no sólo entre personas vivas o entre vivos y muertos, como escuché de Enrique Serna en una charla a principios de febrero, en un encuentro de narrativa en Tlaxcala. La literatura, los libros, son también un punto de encuentro entre géneros.
Y en este encuentro muchas veces las fronteras se difuminan. Acerca de una de esas líneas borrosas hablaron el pasado 21 de febrero Yussel Dardón, Jaime Mesa y Álvaro Hernández durante la presentación del libro El aria de Giacomo, de Mario Martell Contreras. Publicado por Ediciones de Educación y Cultura a finales del 2012, el volumen de 150 páginas y formato pequeño fue también un punto de reunión entre compañeros de trabajo del diario Intolerancia.
¿Dónde podemos encontrar la división entre periodismo y literatura, entre ficción y no ficción?, preguntaron al otro lado del micrófono. Creo que en una hay o puede haber mucho de la otra: un cuento o una novela que toma como punto de partida las noticias del diario, una historia de ficción donde se intercalan notas periodísticas reales a la trama, un reportaje en el que el autor cuelga metáforas o se constituye en el narrador en primera persona que va entregando los acontecimientos, las impresiones. Y entonces recordé que en presentaciones anteriores comentarios de quienes en ese momento ocupaban la mesa, del público, también abordaron la dificultad para mantener separados ambos géneros. Y creo que la duda puede seguir, pues mientras algunos autores tienen clara la línea divisoria, habrá quienes, en un mismo párrafo, en un mismo texto, vayan de la creación literaria a la “literatura bajo presión”, como calificaron al periodismo desde la mesa, casi sin darse cuenta.

Álvaro Hernández, Mario Martell y Jaime Mesa (foto tomada del sitio de la libreria profética)
Supongo que no distinguir la frontera entre géneros es una posible causa de esos libros híbridos, por así llamarlos –aunque no la única, por supuesto; el autor también puede tener la intención de combinar periodismo y literatura, poesía y ensayo, filosofía y narrativa… Al micrófono mencionaron a Truman Capote, su obra A sangre fría, compuesta por entrevistas y trabajo de investigación en torno a una noticia aparecida en noviembre de 1959 en el New York Times, acerca del asesinato de los cuatro miembros de una familia en Holcomb, un pueblo de Kansas. Desde el principio, la meta del autor estadounidense fue escribir lo que se conoce como una novela de no–ficción, inaugurando dicho género (género que, por otro lado, tal vez no sea por completo posible: Truman Capote, al no presenciar los hechos, debió imaginar algún fragmento).
En el caso de El aria de Giacomo se conjuntan la narrativa y el periodismo para formar una “crónica general” llena de poesía, música, filosofía, sociología, como escribe Jaime Mesa en la cuarta de forros.


Y para ilustrar un poco esta unión entre géneros, el autor nacido en 1970 en Córdoba Veracruz, leyó uno de los primeros textos que conforman el libro, “El cronista como bufón” –“Intercala (el cronista, bufón de la corte) sus sombríos pasos en esa zona de tránsito que es la escritura”–. “¿Cuántas veces el discurso es siempre el mismo pero el cronista necesita reinventarlo?”, dice un párrafo más adelante.
Esa pregunta contiene otro aspecto de la creación, de la escritura: la mirada del autor. Una frase escrita con idéntica redacción es distinta. “Cerró la puerta”: mientras en la primera el picaporte es dorado y circular, en la segunda hay una manija plateada, el que la cerró lo hizo rodeando la perilla con ambas manos, con una sola. En contraposición a esto se encuentra el hecho de que posiblemente ya todo esté narrado. Entonces ¿qué falta por decir? La respuesta, o por lo menos eso creo, también se encuentra en la mirada del escritor, quien debe localizar un rincón inexplorado, buscar una variante, adicionar algo que vuelva nuevo un tema tratado por una o varias plumas a lo largo del tiempo.
Hojeando las últimas páginas del libro, me llama la atención una frase que no se me había ocurrido: “La escritura es una doble ausencia, cuando se escribe el lector no está con el escritor, entendida en un sentido de terapia nos coloca a solas frente al texto”. Y en cierta manera es verdad; cuando el lector llega el escritor se ha retirado, dejando nada más su texto, además, tanto la lectura como la escritura son actos solitarios, ¿quién no ha cerrado la libreta o el libro cuando otro se asoma sobre su hombro para ver qué escribe, qué está leyendo?
Junto a esto, otras reflexiones acerca del libro, de la lectura (“El libro es sagrado y alado… El lector explora todas las formas de vida inscritas en el libro”), instantáneas en las que un autor  es asediado por lectores y prensa después de una conferencia sobre David Alfaro Siqueiros en el museo Amparo, paseos por Profética (“Siempre vale la pena perderse en la librería Profética, imán de bebedores de café, de bloggers desquiciados”), conviven para hacer de El aria de Giacomo un volumen tan diverso como las visiones acerca de la escritura, como la propia creación literaria.

miércoles, abril 24, 2013

El Aria de Giacomo


Esta entrevista sobre el libro el aria de Giacomo se publicó en la Jornada de Oriente el pasado 19 de febrero



El aria de Giacomo, un libro para interpretar los momentos vitales desde la literatura

Por : Paula Carrizosa
2013-02-19 04:00:00
El aria de Giacomo describió su autor Mario Martell, es un libro de apuntes sobre diversos temas, lecturas, viajes, de encuentros estéticos con personajes como el escritor Sergio Pitol, de memorias, de textos líricos, ensayísticos, periodísticos y narrativos, que buscan provocar un ejercicio en el lector, que es el interpretar los momentos vitales desde la literatura.
El periodista platicó con La Jornada de Oriente sobre la edición de su primer libro en el que reúne una colección de textos trabajados desde hace unos 10 años, que están escritos en diversos géneros literarios ya que la propuesta es “aspirar a una literatura crítica, reflexiva y basada en la libertad, no como un capricho sino como ejercicio creativo”.
Publicado por Ediciones de Educación y Cultura, y el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, el volumen será presentado el próximo jueves 21 de febrero a las 19 horas en Profética, casa de lectura, con los comentarios del editor Jaime Mesa.
El aria de Giacomo, dijo, parte de la idea de juntar en un mismo libro textos narrativos con otros que son reflexivos, como aforismos y ensayos, éstos últimos alejados de lo académico pues tienen la respiración de lo literario.
Uno de éstos, es aquel dedicado a Sergio Pitol titulado El lenguaje de un escritor que escribió con motivo de la entrega del Premio Cervantes (2005), en el que se recupera y narra el paseo que hizo el escritor por la ciudad de Córdova tras su regreso de Europa del Este –en donde permaneció por casi 30 años–, visitando algunas de las librerías en las que buscaba, precisamente, su obra.
“Para Pitol, la escritura no es simplemente un acto de redacción: sentarse frente a una computadora y hacer cómplice a una máquina de escribir de algún secreto o confesión… Ante todo la escritura es un diálogo que mantiene un escritor para escrutarse a sí mismo”, escribe en el texto.
La variedad de géneros, explicó Mario Martell, llevan a construir un libro que tiene experiencias mediadas por la literatura, con géneros que dialogan entre sí y se complementan.
En particular El aria de Giacomo es un esfuerzo propio de escritura que persigue dos o tres intuiciones. Inicialmente, explicó, trató de publicar algunos poemas de un “poeta inédito” que se basan en una musicalidad, en un fraseo que se repite a lo largo del texto y que echa mano de distintos ritmos para construir una experiencia integral.
“No se restringe a un género, en ese sentido sería como un disco de varios ritmos, que surge como una experiencia híbrida”, señaló.
Sobre si podría considerársele en un libro de ciudad, consideró que “la literatura en la modernidad está radicalmente ligada a las urbes en donde los narradores son como peatones que tienen experiencia en el andar, con la que establecen conexiones”.
Acotó que actualmente, Puebla está viviendo una “primavera literaria” ya que cuenta con autores que están siendo reconocidos en diversos niveles, a la par de que son prolíficos.
Por último, Martell consideró que el libro también establece un diálogo entre la filosofía y la literatura, dos áreas escindidas en donde la primera “se tecnificó y la otra se convirtió en un islote”.
Escribir este libro, acotó, fue el resultado de varias experiencias: del programador, del cronista, del estudiante de filosofía y literatura, que refuerzan la idea de la función del escritor la cual “no es expresarse sino dialogar desde ciertas coordenadas de la cultura con los lectores”.
Destaca que Martell, también autor de la plaquete de poemas El árbol (1999), presentará, para el mes de abril, este libro en la Feria del libro de Los Ángeles. 

lunes, abril 22, 2013

Sergio Pitol recibe homenaje en Puebla




Sus lectores lo escucharon. Fueron a la caza de la epifanía.

La Biblioteca Palafoxiana no se electrizó. Estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), talleristas del poeta, Eduardo Langane, los siempre fans que se enteraron vía facebook y escritores poblanos, siempre lectores y sin invitación VIP, esperaban una revelación entre la mansedumbre sabatina de la burocracia, ese destello de quien ha hallado las formas del lenguaje en algún “Nocturno a Bujara” o en las mujeres cotidianas del antiguo San Rafael, la mítica “Yonpathawa tropicalizada” de Pitol.

Algún guiño destinal. Por lo menos alguna epifanía.
Un síntoma atmosférico del arte de la fuga o de quien ha traducido a Joseph Conrad en la provincia veracruzana (leáse la Xalapa enmarañada por la neblina).

Desde Xalapa, el escritor veracruzano nacido en Puebla, cruce de antinomias geográficas y culturales, reapareció por unos instantes en la Puebla de aspiraciones liberales y barrocas, conservadoras y neoconservadoras.

A unos minutos de iniciar el acto, el escritor oteó hacia las sillas.
¿Vendrá alguien más?, le preguntó a su acompañante.

El homenaje fue correcto.

Un video en potencia.

Los datos biobibliográficos de la contraportada de alguna de sus ediciones en Era.

Con propiedad, la actriz Elvira Ruiz leyó ―lectura dramatizada― Victorio Ferri cuenta un cuento, publicado por primera vez en Ediciones del Unicornio a finales de los cincuentas.

"Sé que me llaman Victorio", inició la actriz.

Pero nadie de la mesa citó a su nona Catarina Buganza ni tampoco a Sacho. Nadie aludió a Atoyac ni a sus consabidas guías Baedcker, con las que el joven Pitol se deslumbraba en la Roma de los sesentas para concluir el día cenando en alguna trattoria, a la escucha de la filósofa española María Zambrano.

Tampoco se citaron los encuentros que, en el Bristol, Pitol Deméneghi sostuvo con Andre Wadja o con el autor de “Jerzy Andrzejewski”, cuyas “Puertas del Paraíso” tradujo Pitol para Joaquín Mortiz, y que la Universidad Veracruzana reeditó en los años recientes, de la mano del editor Rodolfo Mendoza.

El secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, Moisés Rosas Silva, hizo entrega de la Clavis Palafoxianum al escritor Sergio Pitol Deméneghi.

"Durante años, la experiencia de viajar, leer y escribir se fundió en una sola. Trenes, barcos y aviones me permitieron descubrir mundos maravillosos; el viaje era la experiencia del mundo visible, la lectura me permitía realizar un viaje al exterior, cuyo itinerario me dejaba circular a través de los tiempos", leyó el escritor Felipe Garrido, recuperando algunos fragmentos del acto de la Fuga y el Mago de Viena.

Felipe Garrido, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua; Eduardo Langagne, poeta y ganador del Premio de Poesía de Aguascalientes; el crítico de teatro Fernando de Ita; el presidente del Consejo de la Crónica en Puebla; Pedro Ángel Palou Pérez, autor de innumerables frescos de la historia poblana, a quien de último momento añadieron a la mesa; y María del Carmen Tijerina, profesora del Collhi, participaron en el homenaje realizado por el Consejo Estatal de Arte y Cultura de Puebla (CECAP).

Entre el auditorio se encontraban periodistas, lectores, cazadores de epifanías literarias, tuiteros, fans del Instagram ―dispuestos a inmortalizar en jpeg la mise en scene de Pitol―, escritores de la primavera literaria poblana: los novelistas Gerardo Oviedo, autor de Filosofía de la Invención, quien halla inspiración en André Malraux para combinar la militancia y la literatura, y el novelista Jaime Mesa, que con su novela Rabia incursionó en el realismo de la tecnología y los chats.

También entre el público se hallaba el cuentista José Sánchez Carbo, autor de la colección de cuentos El maldito amor de mi abuelita, emblema mordaz de la narrativa local.

La académica de la UAP María del Carmen Tijerina releyó un análisis narratológico sobre la obra de Pitol. El formato del documento parecía sacado de algún coloquio sobre narrativas.

En un arrebato verbal, la profesora le espetó al novelista que esperaba más libros de él, a pesar de que hace algunos años Pitol 
Deméneghi anunció que no escribiría otro libro. 

 
De manera biográfica, Moisés Rosas Silva, secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla, recordó que Carlos Monsiváis le presentó en el hotel María Cristina, atrás de la Embajada estadounidense, a Pitol: "Sergio Pitol representa mucho para la vida cultural de México por lo que ha dado a este país, y el mejor lugar para recibirlo y homenajearlo es la Biblioteca Palafoxiana, uno de los tesoros bibliográficos más significativos de México”.

Sus lectores sacaron del librero algún ejemplar del “Tañido de una flauta” o de sus “Juegos Florales”.

Revivieron por algunos instantes a Marietta Karapetiz, escudriñando la Palafoxiana, y esperaron un autógrafo del escritor.

El verdadero homenaje, el otro, el de sus lectores, que no fans, ya había sucedido: cuando encontraron en el niño que creció en Potrero, Veracruz, en un company town, entre fiebres, asma y paludismo, al escritor, que ayer en la Palafoxiana recibió, de Moisés Rosas Silva, las llaves de la biblioteca novohispana de la ciudad de Puebla.

***

Este sábado 20 de abril en la Biblioteca Palafoxiana, el Gobierno del Estado de Puebla, a través del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, entregó la Clavis Palafoxianum al reconocido escritor Sergio Pitol, oriundo de esta ciudad. La Clavis Palafoxianum o Llave Palafoxiana reconoce el trabajo de creadores por elevar el espíritu mediante la cultura y el arte, y simboliza al conocimiento como la llave de acceso a la libertad.

lunes, febrero 25, 2013

El Aria de Giacomo en Periódico Central (entrevista)

Gracias a Yonadab Cabrera y a Periódico Central por esta entrevista sobre el libro el Aria de Giacomo



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Ciudad de Puebla.- Para Mario Martell en su faceta como escritor su única aspiración es tener lectores y quiere sumarse a esta ola de abundancia y primavera literaria que vive Puebla: “Hay muchos escritores que hacen su trabajo, que están abriendo brecha para que Puebla vuelva a ser un referente de la literatura mexicana”.

Este jueves a las 7 de la noche, el escritor y periodista Mario Martell presentará su libro titulado El Aria de Giacomo en el café Profética y en entrevista con CENTRAL explica que la obra literaria es una recopilación de narraciones, e historias en las que ha trabajado desde hace 10 años y que fueron elaboradas a raíz de experiencias que ha vivido, o situaciones en las que ha sido espectador.

Periodista y cronista desde hace más de 10 años, Mario Martell pide que su trabajo como escritor no sea comparado con sus crónicas periodísticas, ya que las narraciones incluidas en El Aria de Giacomo son textos más elaborados y más complejos que sus documentos periodísticos, pero además quiere que los lectores poblanos lo reconozcan como un escritor, sobretodo porque fue forjado en las áreas de letras y literatura y dio un salto inesperado al periodismo.

Tiene pensado presentar El Aria de Giacomo en la feria del libro de los Ángeles, California titulada “Léala”, para lo cual sostuvo reuniones previas en Boston. Además, ha mantenido contacto con literatos de América Latina que le han ayudado a consolidar esa faceta de escritor en la que ha trabajado por años.

Yonadab Cabrera Cruz (YCC): ¿A qué se refiere el Aria del Giacomo?

Mario Martell (MM): El nombre del libro se refiere al nombre del primer cuento, o primer historia dentro del libro y se llama El Aria de Giacomo, más bien trata de remitir a algo que sea musical: Giacomo significa Jacobo y las arias son composiciones líricas de la tradición operística.

YCC: Terminaste el libro, después de un tiempo lo vuelves a abrir y ¿Qué te encuentras en el libro?, ¿Qué ves en los textos tú ya como el espectador?

MM: Encuentro que quiero seguir escribiendo, esa es la parte fundamental y que quiero seguir conservando muchas de las miradas que están presentes cuando escribí alguno de estos textos, que son miradas de entusiasmo o admiración ante experiencias cotidianas. Lo que quiero decir es que el arte y en este caso la literatura se encuentran en las experiencias más inmediatas, pero requieren, necesitan como un filtro, como un tamiz que es el de la experiencia literaria y de la cultura.

YCC: ¿Por qué decides titular al libro El Aria de Giacomo, qué te lleva a ponerle este título, es muy complejo y profundo?

MM: El libro es una colección de ensayos y narraciones con algunos aforismos que son sentencias breves; el nombre del Aria remite a lo que tú refieres, a la personalidad compleja de la música y del mismo libro, compleja o a la textura musical del libro, la textura del lenguaje del libro.

Es como una pretensión que nos hace pensar algo musical, pero no es un libro de ópera, no es un libro de música, es una colección de ensayos sobre literatura sobre autores como Sergio Pitol, del mismo García Márquez, el poeta cubano Eliseo Diego, algunos de estos escritores que en mi formación como lector han sido muy importantes por la manera en que interpretan a la literatura y a la sociedad.

Es un título como tú lo señalas enigmático, clave, pero más bien es como una sugerencia el título no describe algo, sólo describe un estado de ánimo de la cultura, un estado de ánimo que tiene que ver con la música.

YCC: ¿Y por qué Jacobo o Giacomo?

MM: Si se recuerda Giacomo Puccini es un compositor italiano muy importante, quizás jugando con esto se pueda entender como El Aria de Giacomo, el Aria de Giacomo Puccini, remite a las composiciones de Jacobo. También tiene que ver un poco con el ambiente del libro, de cómo escribe el libro, un ambiente musical.

YCC: ¿Cuánto tiempo te llevó elaborar el libro?

MM: Fue un proceso lento por dos cuestiones: hay textos de hace 10 años, hay textos más recientes de hace 4 años. Yo escribo de manera regular independientemente del trabajo periodístico que hago, pero mi formación inicial proviene de la literatura, de las áreas de la literatura.

Desde ahí yo he estado trabajando una serie de textos que mantengo como inéditos y que lo que yo hago es que trabajo esos textos, esos borradores, después de algún tiempo los rescato como una labor de arqueología, los vuelvo a leer y en esta ocasión tuve la fortuna de que Ediciones EyC se hayan interesado en este material. Es un proceso que empezó desde 1999.

YCC: ¿Y desde 1999 en algún momento pensaste en publicar un libro, pensaste que en algún momento enloquecerías si no lo publicabas?

MM: No porque soy muy paciente, hay paciencia. La literatura tiene tiempos pero no trae la presión que tienen otras áreas y disciplinas. Por ejemplo, el periodismo tiene una disciplina que le interesa lo actual, le interesa lo que pasa en las 24 horas y ahora con las redes sociales le interesa lo que pasa al instante. Ese tipo de respiración es una respiración muy apresurada y la respiración de la literatura es más pausada, trae otro ritmo, otra textura, otra condición. Lo que espera la literatura es encontrar una serie de lectores y van a llegar de una manera azarosa la mayoría de las veces.

La función del escritor es escribir pensando en que su texto sobreviva a todos los desafíos posibles,  a todos los va y vienes y uno de los desafíos es el tiempo; un libro que se pretenda escribir con la idea de la literatura es como un vino, un buen vino que debe ser escanciado, meditado, debe ser olfateado con mucha ternura, con mucha pasión. En ese sentido, un buen vino se construye con una excelente cosecha, con buenas barricas y lo más importante con tiempo, descanso, reposo y posteriormente emerge ese vino.

Yo creo que el tiempo es importante, pero después de un periodo tú encuentras los textos y ves que los textos pueden sobrevivir y si sobreviven la prueba del tiempo seguramente sobrevivirán la prueba de lectores exigentes, la prueba de lectores que pueden abrir el libro que eso es lo importante. Si tú abres el libro y encuentras algo que te pueda jalar es una prueba de que es un libro que está construido para ti.

YCC: ¿Cómo llega tu libro hasta Boston, Estados Unidos eso es un paso muy importante?

MM: Es parte de los preparativos para presentar el libro también en una feria que se llama Léala que es como la FIL en Guadalajara y se lleva cabo en la ciudad de los Ángeles y donde participa mucho la literatura mexicana: van editoriales, escritores. Entonces Boston fue una parte previa para asistir a esa feria.

Tiene que ver con algunas publicaciones previas, por ejemplo hay un investigador que se llama Esteban Ponce que ha trabajado mucho el tema de la narrativa en América Latina y principalmente en el Siglo XIX y Siglo XX, son algunos de los amigos, de los contactos que he creado y son parte importante para acercarse a Léala donde voy a participar para presentar este material.

miércoles, febrero 13, 2013

El Aria de Giacomo



Una entrevista realizada por la periodista María Aranzazú Ayala sobre el libro el Aria de Giacomo la cual se  publica Periódico Digital. El libro será presentado en la librería Profética (3 Sur, 701, Puebla, Puebla)   el próximo 21 de febrero a las 19 horas.

Algunos conceptos que aparecen en la entrevista


“El aria de Giacomo” es el título del primer texto del libro homónimo del periodista Mario Martell Contreras, de un escrito que salió de un sueño de cuando él vivía en Veracruz.
El libro está compuesto de ensayos, de crónicas y de aforismos, que tienen “un parecido de familia” pero no responden a un solo género. Varios de los escritos tocan temas literarios, hablan de Sergio Pitol, de Gabriel García Márquez, de Jorge Luis Borges, de Carlos Monsiváis, de los escritores del “crack”, pero también cuentan experiencias que el autor describe como destellos.


Mario dice que son una especie de “epifanías de momentos vitales que tiene cada escritor”, que no son reflejos de una persona sino segmentos que se conectan con la cultura. Por eso al autor le gusta tener una distancia temporal tan grande entre lo que escribe –el texto más joven de su libro fue hecho aproximadamente en 2004–. “Sí hay conexiones vitales entre los textos”, acepta, pero dice que esto no significa que sean biográficos. La mayor parte son trabajos antiguos que pasaron por un proceso de reestructura, que fueron vueltos a escribir y a trabaja

lunes, febrero 04, 2013

El Aria de Giacomo


Tercer título de la Colección Azul que publican el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Puebla y Ediciones EyC.

En El Aria de Giacomo la mirada cotidiana se suspende bajo el asombro. Por eso es posible experimentar el cosmos como "un peatón zulú en avenida Revolución" para "hacer las paces con el mundo". En esta colección de textos, el autor revisa un mundo alterno al que hemos decidido, como sociedad y cultura, seguir: "la ruta cartesiana" para volcarse por ese otro, que es "el camino de la perdición" de Miguel de Cervantes Saavedra y de otros cientos de escritores, filósofos y pensadores, la ruta alterna del pensamiento.
De ese libro de varia invención, el autor analiza desde la capa inicial (ser superficial pero no banal habría pedido Paul Válery) la vanguardia y la tradición, el ensayo y la ficción, el yo de afuera en contraposición al yo de adentro. Desde la crónica de una visita de Carlos Monsiváis a Puebla hasta El Arte de la Fuga de Sergio Pitol, de Mafessoli a Nietzche, pero también de Henri-Cartier Bresson al espíritu lúdico de un pornógrafo local, la mirada de Mario Martell asiste al espectáculo de la alta cultura pop, como el engranaje de una sociedad que en el trance de la posmodernidad trata de conformarse como "otra cosa".
Poesía, música, literatura, política, filosofía, sociología desfilan como parte de una "crónica general" del estado del espíritu humano en la primera década del siglo XXI. Los temores son los mismos, la manera de enfrentarlos, quizá, es otro, nos dice el escritor, "¿Cuántas veces el discurso es siempre el mismo pero el cronista necesita reinventarlo?"
Con el libro en sus manos, el lector decidirá si la ruta trazada en El aria de Giacomo, vale la pena su tránsito o simplemente si "a pesar de nuestros mundos virtuales somos seres terrestres".(Jaime Mesa)

hola

Hola. Vamos a hablar del cuadro de oposición.