Uno apenas imagina lo que puede suceder. Bajo lo que uno ha sucumbido. Porque la mayoría de las veces ya no hay destino.
Juan de la Cruz se traslada de un lado a otro. Está en su oficina más bien se encuentra sólo caminando bajo los Portales de la Nueva Ciudad…
El lo ha elegido. Ha llegado a un destino sobre el que hay poco y muchas veces, las más de las veces, nada que decir.
Lo primero que quisiera saber es a qué sabe tu casa. Apenas la conozco y me quedan muchas dudas por recorrer. Eso es. Recorrer. Así como tu cuerpo es una geografía del deseo, y escribo deseo con duda y temor porque en ese espacio diminuto en la herida de tu cesárea en tus dientes pavorosamente blancos y tu cabellera inconcluso por breve, ahí habitas tú, pero también habitas en tus miedos cotidianos. ¿Por qué no me vas a negar la suerte de miedos que sufres? ¿Cómo vamos a reponernos de esa crisis financiera que sufro? ¿O verdaderamente pretendes que vaya a francia por un libre como lo has venido diciendo desde que perdí el libro?
Tu casa tiene muchos recovecos. Menos, claro, que los de tu cuerpo… pequeña coincidencia, es una pequeña coincidencia que los cuerpos se encuentren, que aterrices en mi cuerpo —¿y exactamente quién soy para hablar de “mi cuerpo”? ¿Exactamente cuál es la estrategia de los cuerpos para acercarse y coincidir?
Cuando nuestras bocas coinciden se incendia el universo, encallas en mí y hay poco que mirar alrededor la mirada se revuelca y luego regresa.
Todos los amores son elaboradas representaciones de Tiresias...Pero volvamos a la página en blanco. Tú estarás durmiendo y yo trato de evadirme una y otra vez de mis responsabilidades. Si te platico la odisea para llegar a la oficina no me la creerías… Siempre me exiges que te cuente de mí. Que te diga quién fui. Pero creo que hay poco que contar.. No me quejo. Nunca he sido tan valiente como tú. No soy el viajero del que habla Bowles y la única revolución que he emprendido la maté apenas puse pie en mi casa..
Más bien puedo hablarte de mis cosas.. Traducción son “mis cosas” porque poseo alguna relación con ellas. Me pongo psicológico, quizás también aburrido.
Me bajé en el Mercado Independencia perdido tomé otra ruta que me dejó en el Paseo Bravo y de ahí llegué gracias a la ruta 3.”E,e,e”
…
Lo que puedo hacer es escribir. Escribir siempre es desmontar, es quitarle las tuercas al mecano.. Todo aquello que suene “literario” hay que arrojarlo de la escritura. Pero eso es lo que ha aprendió. Legislar sobre las palabras, a tirar del lenguaje y reprimirlo. Se ha vuelto todo aquello que en su juventud rechazaba: un legislador del lenguaje, un leguleyo de las palabras, un soldado raso de la ortografía vulnerable e infiel a si mismo. Un alma fantasmal en el teclado de la computadora más bien un Gavrilov que aporrea en silencio mientras lee la partitura pero ahí mismo también lo comprende todo. El pedacito de nube que tapa su mediodía o la gusanada de rabia que lo acomete, porque cuando se deja perder es otro, es el mismo, es lo que ya estaba ahí y todos los días sucede algo.. si no es la muerte de un familiar es el enojo o las imágenes saturadas de violencia en la televisión pero si antes disfrutabas exponerte al efecto de la caja idiota pero ahora hay poco que ver se pierde en el control remoto y de los 105 canales todos le parecen el mismo, y piensa en su cuarto y piensa en lo hermoso que es su cuerpo, el de ella, recargándose sobre su costado izquierdo como si se detuviera con la pared como si registrara en sus sueños otra vida una vida más amplia y más generosa..